Rincón Carmelitano

LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Este domingo es la fiesta de la Santísima Trinidad (la santa más grande del cielo según San Juan de la Cruz). Celebramos en el marco de esta gran fiesta, el día de la vida contemplativa.

Normalmente, las personas de fe, como tú que estás leyendo esto, nos valoran como vidas orantes que interceden por el mundo. Y asi es. Pero es también testimonio de la contemplación considerada como una vida que tiene a Dios como referente absoluto. Y esto, hermanos, es común a toda vida cristiana. Y esto es lo que pretende la vida contemplativa, recordar, animar, estimular a poner a Dios en el centro de la vida, seas ama de casa, dependienta de consum, guardia civil. Para ello es imprescindible dedicar un tiempo cada día a la oración, o sea un tiempo consagrado exclusivamente a Dios; es absolutamente igual que sienta devoción o no, que me resulte gratificante o aburrido en ciertos días, lo importante es que estoy diciéndole a Dios que es el Bien absoluto, y que estarse con El jamás es tiempo perdido.

Vamos a poner algunos textos de sor Isabel de la Trinidad, una gran carmelita que quiere que todos participen de su gozo contemplativo. Le dice a su madre:»A ver si no te olvidas de hacer tu oración en el tren, es un momento a propósito, bien lo recuerdo». «Vive con él en el fondo de tu alma. Haz actos de recogimiento en su presencia. Ofrécele los achaques que te aquejan. No podemos presentarle cosa mejor; gracias al sufrimiento podemos dar nosotros algo a Dios».»¡Ah, quisiera decir a todas las almas la fuente de fortaleza, de paz y de felicidad que encontrarían, si se acostumbrasen a vivir en intimidad con El». «El alma que se habitúa a vivir bajo la mirada de Dios, se halla revestida de su misma fortaleza. Es valiente aun en medio del sufrimiento».

Rogad, por favor por nosotras en este día.

Hermanas Carmelitas

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