Rincón Carmelitano

PARA SER VERDADERAMENTE ORANTES

Siguiendo con las condiciones que nos indica Teresa para ser verdaderos orantes, señala «el desprendimiento de todo lo creado». Ya véis que no se anda con rodeos de TODO lo CREADO. Quiere decir que la voluntad esté libre de apegos grandes ni chicos para poder entregarla enteramente a Dios.

Cuando uno procura ponerse a ello, se va descubriendo a que enorme cantidad de cosas solemos estar apegados, cosas materiales, criterios personales, afectos, pensamientos; bueno, todo un mundo en ebullición. Dice San Juan de la Cruz:

«Al alma suelen quedarle algunas imperfecciones como querer saber cosas (hay quien no puede pasar sin escuchar las noticias del día), dejarse llevar de algunos gustillos (¡ y cuantos «gustillos» procuramos darnos de todo tipo), acerca de la memoria muchos pensamientos que llevan al alma tras de sí

( lo más frecuente es que dejemos que nuestra mente vaya por donde quiera y no por donde debiera). Tienen muchas esperanzas, gozos dolores y temores inútiles tras de los que se va el alma».

Somos como esos globos que pueden elevarse a lo alto, pero si el cesto tiene mucho lastre, le impide hacerlo. Entonces es cuestión de ir tirando lastre, pues con mucha facilidad nos enredamos en naderías, nos aferramos tercamente a maneras propias de ver, de obrar, de juzgar, nos enredamos en temores vanos, en deseos inútiles. Todo esto llena el alma de ruido, y a la hora de orar no se puede conectar con el Amigo, pues se suele manifestar en la paz y el silencio interior, en la mente sosegada y el corazón desprendido de todo lo que no sea su voluntad.

Cuanto más nos vayamos desprendiendo de todo, más paz y libertad, más amor y cercanía de Dios iremos experimentando. Es el testimonio unánime de todos los santos. Y nosotros los creemos ¿verdad?

Hermanas Carmelitas

Comentarios cerrados.