Rincon Carmelitano

DIOS ES AMOR

Hemos sido hechos para la plenitud que solo se alcanza en el amor Santa Teresa muestra toda su riqueza humana y divina en la imagen de Dios que nos transmite: Dios es todo amor, y por eso, nosotros somos todo amor. Por tanto, lo que tenemos que hacer es desarrollar , profundizar y gratuizar nuestra relación amorosa. El castillo interior significa justamente ese desarrollo del hombre nuevo que ha nacido por la muerte y Resurrección de Jesús. Dios nos ama tanto como a sí mismo. Nos ama y, por tanto, dilata infinitamente nuestra capacidad de amor. Este amor crece en gratuidad en la medida en que respondemos a ese Dios amador nuestro. Teresa de Jesús usa la palabra Padre para referirse a Dios, pero sobre todo habla de él como el amigo que nos une a su condición amorosa, es decir que construye nuestra capacidad de amor. Lo expresa bien el refrán, cargado de sabiduría, que dice así: «Dime con quien andas y te diré quién eres». Si andamos tratando amistosamente con Dios en la oración, nos iremos acercando a eso que nos dice también San Juan de la Cruz :» Somos dioses por participación en su amor» Teresa de Jesús dice que a ella Dios le regaló mucho:

«Con grandes regalos castigabais mis delitos (Vida7, 18) ¡Qué expresión más profunda y más atrevida de Dios! Dios nos castiga con amor, amándonos, para que podamos asemejarnos a Él desde lo más profundo de nuestro ser. Por eso Dios «dora las culpas» (Vida 4, 10) las cubre con el oro de su misericordia, con el oro de su amor misericordioso, para que así todo el que se sienta pecador, deficiente, pobre, en la relación con Dios y con los demás, pueda ampararse bajo esta verdad impresionante: el Amor de Dios es lo que dora las culpas; Dios cubre nuestros pecados, Dios cubre

nuestras debilidades con el oro de su Amor.

Hermanas carmelitas

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